Por: Luis Gerardo Ramírez Villela
El Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) es el acuerdo comercial firmado entre las partes el 1 de julio de 2020, y ha sido muy discutido sobre sus implicaciones y futuras modificaciones desde su ejecución y, más recientemente, en virtud del proceso electoral estadounidense que se llevará a cabo el 5 de noviembre de 2024.
Uno de los temas más importantes relacionados con el T-MEC es la próxima revisión de sus términos y condiciones en 2026, donde los Estados Unidos de América y Canadá quieren centrarse en los mecanismos de resolución de controversias, el cambio climático y el proceso de nearshoring.
Cabe señalar que ha habido varias disputas en los últimos años relacionadas con las operaciones comerciales entre todos los países y que han habido diferencias entre ellos sobre cómo el gobierno mexicano ha manejado esos asuntos.
Además, recientemente y el tema más preocupante hasta ahora ha estado relacionado con la industria automotriz, donde la fabricación ha sido un problema para ambos candidatos presidenciales de los Estados Unidos de América y donde debemos esperar algunos cambios pronto.
En este sentido, también debe considerarse que el establecimiento en México de plantas automotrices chinas ha generado preocupaciones y ataques por parte del candidato presidencial Donald Trump y cuya solución propuesta consiste en imponer aranceles elevados a los vehículos que se importen desde México y que podrían crear un potencial conflicto entre las partes del T-MEC.
En la medida en que existan aranceles impuestos a México para impedir la concurrencia al mercado interno de mercancías en condiciones que impliquen prácticas desleales de comercio internacional, eso no sólo afectaría a la industria automotriz en México, sino que también podría tener un impacto tanto en Canadá como en los Estados Unidos de América e incluso una potencial disputa por dichos aranceles.
Lo anterior, sin tomar en cuenta que los más afectados serán los consumidores de la industria automotriz quienes, eventualmente, pagarán por dichos aranceles al ser trasladados éstos a los consumidores.
La revisión del T-MEC para 2026 necesitará ser razonablemente planeada y estructurada entre las partes a efectos de alcanzar acuerdos que beneficien a todas y permitan el crecimiento de la región y adaptarse a la era del nearshoring y a las recientes condiciones climáticas, económicas y políticas a nivel mundial.
Se debe tener en cuenta que de conformidad con el T-MEC, las partes seguirán teniendo la facultad de cancelar el tratado en el futuro.