Por: Leslie Ortiz Martínez
El término ESG corresponde a las palabras en inglés Environmental, Social y Governance (ambiental, social y de gobernanza), el cual surge en el año 2004 derivado de una propuesta de trabajo del secretario de las Naciones Unidas, teniendo como antecesor el término ISR (Inversión Socialmente Responsable). ESG se entiende como el conjunto de criterios que sientan las bases para integrar objetivos ambientales, sociales y de gobernanza que convierten a una empresa en sostenible y segura para recibir inversiones.
El objetivo de los criterios ESG en una empresa, es comunicar al público su intención de impactar positivamente en su entorno además de generar ganancias, con resultados fácilmente identificables por aquellos accionistas que busquen invertir en empresas que reflejen sus valores y creencias. Esto ha generado la creación de bonos verdes, y productos indexados.
Cada ámbito resulta de gran importancia para alcanzar tal objetivo, ya que cada uno comprende una gran variedad de supuestos que se deben perseguir o cumplir para lograr la sostenibilidad de la empresa, por ello resulta de utilidad analizarlos por separado.
A grandes rasgos, los criterios ambientales se refieren a aquellas actividades que tienen un impacto positivo en el medio ambiente, no solo enfocados a la reducción del cambio climático, como puede ser mediante la utilización de energías renovables, la reducción de generación de residuos peligrosos, o de la contaminación de aire y agua, sino también en el cuidado del origen de sus materias primas, tomando en cuenta la biodiversidad como por ejemplo la utilización productos orgánicos.
Por su parte los criterios sociales, abarcan un gran número de aspectos dentro de los que destacan aquellos enfocados al ámbito de los derechos humanos y las relaciones laborales, como puede ser innovaciones en la cultura organizacional, tomando en cuenta el bienestar de sus empleados, donde entra en juego los salarios competitivos junto con prestaciones atractivas, políticas de reclutamiento, en las que se practique la diversidad y la inclusión, entre otros. Otro aspecto destacado se refiere a la gestión de las relaciones con las comunidades donde opere la empresa, tomando en cuenta sus necesidades y opiniones, logrando una convivencia sana.
Finalmente, los criterios de gobernanza, como su nombre lo dice, son aquellos relacionado con los mecanismos del gobierno corporativo de las empresas, enfocándose en las decisiones que se toman desde los más altos mandos, las cuales se relacionan con derechos de accionistas, clientes, remuneraciones de empleados y estrategias fiscales entre otras. Su objetivo será que todas estas decisiones sean tomadas bajo la más amplia transparencia, cumpliendo el código ético de cada empresa y procurando el bienestar integral de la empresa.
En conclusión, la correcta aplicación de estos criterios se ha convertido en un referente de calidad para las empresas, aumentando sus probabilidades de éxito ante su competencia, así como una forma de fortalecer su imagen pública.